miércoles, 15 de mayo de 2013
John Gotti, el último Don
El 10 de junio de 2002, en una celda de la cárcel de Springfield, fallecía John Gotti, el padrino del clan Gambino, una de las familias más poderosas de Nueva York. En los años ochenta Gotti fue una de las grandes figuras de la Gran Manzana, y también de las más despiadadas y fascinantes. Apresado en 1990, condenado a cadena perpetua y fallecido en prisión a causa de un cáncer de garganta, Gotti vivió hasta el último de sus días disfrutando de la ostentación y el lujo: es considerado el último gran padrino de la Mafia en EE UU, el último Don.
La prensa amarilla de Nueva York lo llamaba Dapper Don o Don, el apuesto, porque le encantaba usar trajes y corbatas carísimas. También lo tildaron como Teflon Don, porque nunca se le pegaban ni las acusaciones por los negocios sucios ni los intentos del FBI por encerrarlo. Comprando jurados, amenazando gente, logró salir indemne de tres juicios. Por su aire de invencible, la revista Time lo llevó una vez a su portada.
Su hora acabó cuando su segundo en el comando de la familia Gambino, Salvatore Gravano —conocido en los bajos fondos como Sammy The Bull, se alió con la justicia y declaró en su contra. Luego de un proceso espectacular en el que se juzgó el asesinato de su predecesor en la familia Gambino, Paul Castellano, Gotti recibió prisión perpetua en 1992.
Aquel día, James Fox, el agente del FBI que lo había perseguido obsesivamente durante años, acuñó su frase memorable: "Se acabó el teflón. El Don está cubierto de velcro, y todos los cargos se le pegan".
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